¿LA NUEVA VIDA?

¡Hola a todos!, esta entrada va dirigida a cómo será el futuro de la población tras la pandemia.

La pandemia por la COVID-19 comenzó en Wuhan, China, sobre octubre/ noviembre del año 2019. No se comenzó a denominar como pandemia hasta el año 2020, donde se veía incontrolable y cada vez más extendida por el mundo.

FUENTE: pexels.com/ cottonbro.

El primer infectado y diagnosticado España fue un alemán que estaba de vacaciones en La Gomera. Varios días después aparecieron contagios en la Palma. El día 24 de febrero se comenzó a extender por la Península hasta el día de hoy.

Nadie podía prever la inmensa importancia que tendría este virus en la población mundial y mucho menos que afectaría de esta manera a nuestro país, aún viendo como avanzaba en países vecinos como Italia o Portugal.

El confinamiento total comenzaba en España el día 14 de marzo, rumoreándose desde el día anterior y con la nación entera sumida en el pánico. La pandemia golpeó a España de forma desprevenida, sin información de cómo defendernos y sobre todo solos, desapareciendo nuestra vida anterior. 

Como futura educadora social, nuestro trabajo consiste en dar apoyo a la población, a los más desfavorecidos y cuidar del Estado de Bienestar de las personas.

El Estado de Bienestar es tener en armonía las tres variantes principales de un individuo, la física, mental y social. Quitándonos la pandemia las 3.

Un educador social debe intentar que en su intervención la persona tenga cubierta todas las necesidades.

La pandemia nos quitó la socialización, al no poder ver a nuestros seres queridos ni socializar en sitios o situaciones simples como la escuela o un bar. 

Nos quitó el bienestar mental al prohibirnos de relacionarnos, el estar al aire libre vivir nuestra vida.

Y por último nos cohibió de un bienestar físico. Aunque hubo alternativas en casa para seguir realizando actividad física, esta no cubría las necesidades. Pero lo más importante, estábamos bajo un virus que afectaba a millones de personas sin una cura inmediata.

La pandemia cambió para siempre nuestras vidas. Muchos trabajos comenzaron a ser telemáticos, al igual que las clases. La mayoría de empleos se vieron afectados por su cierre durante la cuarentena y nunca recuperaron la normalidad por las medidas que aún siguen vigentes (6 personas por mesa, toque de queda, etc.). 

Los sanitarios en cada ola van estando más desgastados y las personas más desfavorecidas se encuentran aún más en la miseria, aumentando cada vez más el desempleo y las vidas sin recursos suficientes para subsistir.

En conclusión y como futura educadora social, la vida nunca volverá a ser la misma. Quizás aprendamos a vivir con el virus, (aunque ojalá que pronto inmunizados), con mascarillas, la nueva forma de empleo o nos adaptemos a clases online.

En la actualidad se deberían dar más ayudas tanto económicas como psicológicas, ya que la nueva situación está creando ansiedad, estrés a la mayoría de la población.

Debería haber más actuación de psicólogos y educadores en colegios, hospitales, centros de mayores... en todos los sitios, sobre todo en los más desfavorecidos.

Ojalá que tras un tiempo, nos podamos adaptar a la “nueva normalidad” y se vayan los miedos que la pandemia nos trajo hace un año.